Quién ha visto el Naranjo en una fotografía, un documental, o incluso en la propia tarjeta federativa se da cuenta de lo que realmente significa para todo escalador. Ese era mi sueño, intentar escalar por donde fuera, subir a su cumbre y escuchar el viento que viene del vacío, estar rodeado de nubes y por un instante sentirme libre...
Llevaba poco tiempo escalando (hacía un año y medio que habíamos empezado a escalar vías de varios largos y hasta la fecha tan solo habíamos escalado 9 vías) pero las ganas y la ilusión me invadían... Montaña de manera autónoma pocas salidas aparecían en mi lista pero tampoco importaba. El Naranjo no podía resistir mis tentaciones y tras pasar 2 semanas en Dolomitas fuimos a perseguir nuestros sueños.
Era 4 de Agosto de 2008 cuando llegamos al camping de Fuente Dé. Tras dormir mal y poco preparamos todo el material, cargamos mochilas y nos subimos al teleférico (PRIMER ERROR! Mejor por Sotres, más corto y cómodo!!) para iniciar la aproximación la mañana del 5 de Agosto.
Íbamos cargados como mulas, el calor asfixiante de las tres de la tarde nos hacía parar a cada paso y el empezar tarde a caminar propiciaba que nuestro objetivo del día, llegar al Refugio Urriellu, iba a tener que esperar...
Cara SO del Naranjo de Bulnes desde Horcados Rojos |
Bajando de Horcados Rojos |
6 Agosto de 2008
Al día siguiente, con más pena que gloria, llegamos al refugio, montamos la tienda, y empezamos a babear con la Cara Oeste del Naranjo. Ya en las mesas del refugio la gente nos miraba con cara extraña, algunos nos preguntaron edad y es que no era para menos ya que bajábamos la media de forma bastante drástica. Berta 22 y yo 23 era una situación poco común entre los escaladores que regentaban el lugar.
Avanzando en dirección a la Vega de Urriellu |
La cara Oeste nos da la bienvenida |
Montando nuestro campamento base |
¿¿A quién no le impresiona esta belleza?? |
7 Agosto de 2008
Pero el viaje lo habíamos empezado con mal pie y esa mañana a penas se veía a 3 metros... Entre confusión, decepción y caras largas, vimos pasar el día sentados en la puerta del refugio esperando a tener suerte para el día siguiente. Dominó, cartas, dados, libros... todo era poco para cambiar nuestras caras largas, estábamos muy justos de comida, pues al tener que vivaquear el primer día habíamos consumido los víveres de reserva y quedaban ya pocos recursos... Ademas no teníamos dinero en efectivo y la VISA servía de muy poco...
El tiempo no acompaña |
Desesperanzados, en la cena hablamos con una cordada que había escalado la Cepeda en la cara Este. Nos contaron que la niebla se había quedado justo en la base de la pared y que arriba hacía un tiempo fantástico... ¡No lo podíamos creer! Habíamos dejado pasar la oportunidad...
8 Agosto de 2008
Último cartucho, o hoy o nada! El día amanece con niebla de nuevo, nubes bajas que crean una sensación de humedad fuera de lo normal y nosotros otro día más asomando la cabeza por la puerta de la tienda... Esta vez no nos lo iban a contar de nuevo... Intentaríamos subir hasta la base de la cara Sur y ver con nuestros propios ojos si se puede escalar o no...
Remontamos poco a poco la canal, nervios e ilusión circulan por nuestra cabeza. Allá, a lo lejos, el sol se deja entrever y los primeros rayos nos dan en la cara. En efecto estaba pasando lo mismo que el día anterior!! Subimos mas deprisa, con ganas de ver nuestra linea, nuestra vía!! El día aquí arriba es impresionante y en la vía no hay nadie escalando!! Seremos los únicos, junto con otra cordada que veremos casi al final, en escalar hoy el Naranjo!
La niebla se queda en la base de la cara sur |
Berta en la base antes de empezar la escalada |
Empezando el L1 |
Primeros pasos del L3 |
Berta en el L4 |
Berta acabando la escalada en L5 antes de las trepadas de II/III que haríamos sin cuerda |
Y cumbre...
Esta fue una cumbre maravillosa, uno de los momentos claves en mi vida personal como escalador, pues escalar el Naranjo de Bulnes es algo tan especial que sólo un alpinista y/o escalador puede saber y valorar que se siente cuando estás a las faldas de esta montaña.
Rápeles... |